La impugnación de sanciones disciplinarias es el mecanismo legal que permite a los trabajadores cuestionar ante los tribunales aquellas sanciones impuestas por el empresario que consideren injustas, desproporcionadas o contrarias a derecho. En este artículo te explicamos el procedimiento, los plazos y las claves para lograr una defensa eficaz.
¿Qué sanciones pueden impugnarse?
Pueden impugnarse todas las sanciones impuestas por el empleador: desde una amonestación verbal o por escrito, hasta suspensiones de empleo y sueldo o el despido disciplinario. Es irrelevante la gravedad: toda sanción puede ser revisada judicialmente. Aunque normalmente los trabajadores solo impugnan aquellas sanciones que implican una suspensión de sueldo, es importante también impugnar aquellas sanciones leves (que no impliquen una minoración en su salario), porque pueden ser tenidas en cuenta como antecedentes disciplinarios de cara a futuras sanciones más graves.
Plazo para impugnar una sanción
El trabajador dispone de 20 días hábiles para presentar la papeleta y la demanda desde la notificación de la sanción. No se cuentan sábados, domingos ni festivos. Este plazo es de caducidad, por lo que si se supera, se pierde el derecho a reclamar.
Procedimiento de impugnación
- Presentación de papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC).
- Si no hay acuerdo o el empresario no comparece, se presenta demanda ante el Juzgado de lo Social.
- El procedimiento se tramita con carácter preferente y urgente.
Posibles resultados
El Juez puede:
- Confirmar la sanción si se acredita el incumplimiento y su gravedad, según el convenio o la normativa legal.
- Revocar totalmente la sanción si no se prueban los hechos o si estos no constituyen falta, condenando al empresario a abonar los salarios dejados de percibir.
- Revocar parcialmente si la calificación de la falta es incorrecta, permitiendo una nueva sanción proporcional en un nuevo plazo de 10 días desde la firmeza de la sentencia.
- Declararla nula por defectos formales graves, falta de tipificación, sanciones prohibidas o vulneración de derechos fundamentales, incluyendo casos de discriminación o sanciones impuestas a representantes sindicales sin audiencia previa. También aquellas sanciones legalmente prohibidas (multa de haber).
Carga de la prueba
Corresponde al empresario acreditar la veracidad de los hechos y la proporcionalidad de la sanción. El trabajador no está obligado a probar su inocencia.
Consejos clave para impugnar con éxito
- Solicita copia escrita de la sanción.
- Reúnele pruebas: testigos, emails, grabaciones…
- Consulta a un abogado especializado en derecho laboral.
- No dejes pasar el plazo de 20 días.
Conclusión
La impugnación de una sanción laboral requiere rapidez, conocimiento jurídico y estrategia. En el Despacho Manrique de Torres, te ofrecemos un asesoramiento integral para proteger tus derechos laborales.